martes, 14 de diciembre de 2010
HISTORIA DE AMOR
En el momento en que hablamos por primera vez no me podía imaginar que se fuese a convertir en una persona tan especial i esencial para mi, ni yo ni ninguno de mis amigos.
Nos conocimos en una fiesta, sus amigos se juntaban bastante con mis amigos y gracias a ellos nos conocimos. Desde ese día empezamos a hablar bastante y a confiar el uno en el otro. Empecé a sentir algo por el un tiempo después de conocerle, no lo veía solo como un amigo, sino como algo más, pero dudaba mucho que el sintiese lo mismo que yo, así que seguí igual que siempre con él. Lo último que yo quería era poner en peligro nuestra amistad. Un día hablando me contó que estaba empezando a sentir algo especial por una chica, yo al ver eso me entristeció muchísimo, porque cada vez me gustaba más y no podía soportar la idea de que él estuviese con otra. Me contó que era amiga suya, y que le daba miedo dar el paso porque si salia mal su amistad se podría perder. Después de contarme eso me pasé toda la noche sin poder dormir, pensando en lo que me había contado. Finalmente llegue a la conclusión de que yo no podría llegar nunca a estar con él, porque le gustaba otra y a mi solamente me veía como una simple amiga, así que decidí ayudarle con esa chica, aunque a mi eso me hiciese daño por dentro pero si esto era lo que él quería y le hacia feliz yo no era nadie para impedirlo. Él me pidió consejo de como decírselo a esa chica, no sabía como hacerlo. Le dije que el próximo sábado eran las fiestas de mi pueblo y que podía aprovechar este día para decírselo, que se la llevase a un sitio apartado de la gente, donde estuviesen ellos dos solos y que le confesara todo lo que sentía por ella.
Ese sábado yo estaba muy triste, veía que lo perdería para siempre que se iría con la otra, por eso no quería salir pero finalmente mis amigas me convencieron. Salí e intente pasármelo bien con todos mis amigos, incluido él. Al cabo de un rato me cogió i me llevo lejos de todos, primero me pregunto que me pasaba porque me veía muy triste. Después me dijo que era yo la chica de la que me hablaba y que desde hacía tiempo que sentía algo especial por mi. No me pude aguantar la emoción que sentí en ese momento y le di un beso.
Ese fue el primer beso que nos dimos, pero no el último porque pienso seguir siempre a su lado, nada ni nadie nos separaran.
JUDITH C.
Mi Diosa del Amor
Un frío día de diciembre caminaba por las calles heladas de Wreiston, mi pueblo natal. Las vacaciones de Navidad habían comenzado y todo estaba ya adornado para la llegada de las fiestas. Estaba empezando a nevar, todo era muy bonito, de película. Poco a poco la nieve iba cuajando y los pasos se hacían más lentos, no sabía si llegaría a tiempo a la cena. Nos teníamos que reunir todos en la casa de mi tía abuela Jessy, pero ninguno de ellos sabía que no asistiría a tal celebración. Mi Diosa del Amor apareció delante de mí a centímetros de mi gélido cuerpo. Ella no hablaba, o yo no era consciente de lo que decía, me miró con sus penetrantes ojos y no pude resistirme a la tentación de besarla. Cuando nuestros labios estaban a punto de tocarse ella habló:
- No me beses hermoso hombre, tu familia puede morir, están en peligro, vuestra casa no es segura, caerá.
Yo la seguía mirando, era imposible aguantar. Oí perfectamente lo que dijo y quería ir a avisarles pero no podía, mis pies no reaccionaban, el paisaje desapareció de mi vista y sólo se la veía a ella.
Como si un acto involuntario hiciera la besé de nuevo.
- Avísales o morirán, yo te tenía que avisar, no caigas a mi tentación.
No escuchaba lo que decía, no lo oía, la besé de nuevo. Como si cada beso tuviera que ser el último, quizás porque sí que lo sería.
Pasaban segundos, minutos, horas, y yo seguía allí, observándola, con cara de tontaina. Me decía a mi mismo es un sueño, tranquilo, la familia está bien, pero en el fondo de mi corazón sabía que no lo era aunque yo no lo aceptara. Ella me había devuelto la vida, sin ella no hubiera podido continuar con mi triste vida, mi monótona vida, ella la había cambiado; ahora me sentía fuerte, con ganas de seguir adelante, de crear una familia, tenía ganas de ser feliz.
La Diosa del Amor no hacía más que repetir ves, por favor, pero cada palabra que decía era como un impulso más a mantenerme cerca de ella cuando vio que era inútil cesó, ya no podía gritar más que me fuera, pues ella también quería mantenerse a mi lado. Era una imagen perfecta, quería verla cada día al despertar. Cerré los ojos un instante para que su imagen quedara gravada en mi interior, ella se desvaneció tras una última lágrima, yo había conseguido descubrir la realidad.
Estaba en medio de la calle, lleno de nieve por todos los lados y muy, muy frío, pero por encima de todo estaba mi amor, mi amor por mi familia y por la Diosa del Amor. Saqué fuerzas y continué mi camino a toda velocidad hasta la casa. Estaban todos esperándome, pero llegué a tiempo, los avisé y tras un montón de quejas salieron de la estructura. Esta cayó justo un segundo exacto después de la salida del último miembro de nuestra familia. La Diosa nos había salvado.
Aquella pequeña historia de amor me cambió la vida, y ahora, que ya tengo dos hijos, una mujer que me quiere y un perro, la sigo viendo, a aquella mujer que sonríe mientras una lágrima de alegría o de pena me mira.
EL AMOR CRUZA LA PUERTA
Llego a casa y subo corriendo las escaleras, tiro la mochila de cualquier modo, me pongo una cinta en el pelo (para que no me salgan granos en la cara) i bajo al comedor a mirar mi serie favorita mientras me como ese croissant que me he comprado a la pastelería de al lado. Silencio, la casa entera para mi sola, tranquilidad, independencia. El ruido de unas llaves abriendo la puerta rompe todas aquellas buenas sensaciones. Mi madre, pero con quién viene?
-Carla?
-Si mamá, estoy aquí
-Hola hija. Mira este es mi nuevo compañero, Mateo. Del que te hablé ayer por la noche
Si, esto mi madre me lo había contado, yo había estado contenta por ella. Desde que lo habían dejado con mi padre que no había levantado la cabeza. Y además aquel tal Mateo no estaba nada mal, debía ser un poco más joven. Mi imprevisto fue la figura de detrás suyo, un chico joven, probablemente unos dos años mayor que yo. Guapo, con un posado tímido y lo mejor de todo, estaba buenísimo.
-Sí, encantada Mateo. Todo bien?
-Muy bien, ya tenía ganas de conocerte. Mira este es mi hijo, Julio
-Hola Julio
-Ei
-Es un poco tímido pero tranquila que cuando os vayáis conociendo mejor, el chico cambia radicalmente
Entonces yo ya no escuchaba sus palabras, ni las de Mateo ni las de mamá, solo observaba a Julio, sin querer a causa de un tipo de fuerza de atracción que no me dejaba parar de mirarle.
Pasó aquella horrible semana y si, por fin éramos viernes. Adiós colegio! Hola vacaciones, no sabes las ganas que tenía de que llegara este momento. Mi madre me vino a buscar en el colegio en coche, y con las maletas en el maletero. Nos íbamos a Paris, me dijo. Con Mateo y su hijo, aquel hijo a quién no había vuelto a ver des del día en que lo conocí.
París, luces, edificios. Un mundo totalmente diferente, precioso. Una cena en un restaurante carísimo, al que nos invito Mateo, dejándose allí el aumento de sueldo de Navidades. Llegamos el hotel, teníamos dos habitaciones de matrimonio reservadas. Los padres tenían intención de dormir cada uno con su respectivo hijo pero tanto yo como Julio les dijimos que no había problema, que podían dormir juntos tranquilamente. La cara de mamá se iluminó así como la de Mateo. Una noche solos, en un hotel de París, la ciudad del amor.
Julio y yo entramos a la habitación. Nos pusimos el pijama y nos lavamos los dientes, todo sin decir ni una palabra. El corazón me latía descompasado, traidor, no me podía creer que dormiría en la misma cama que él. Encendimos la tele pero ni él ni yo entendíamos nada de francés. Entonces empezamos a hablar, de pocas cosas. Cada vez se le iba pasando más la vergüenza, incluso empezó a reír, y a mi cada vez me atraía más aquella sonrisa. Las tres de la mañana, seguíamos charlando. Entonces llegó el momento clave. Nos quedamos callados de golpe solo mirándonos con ojos brillantes. Aquel fue nuestro primer beso. Paris, habitación de un hotel con vistas a las luces de la calle. Y los besos siguieron, en medio de sonrisas y palabras tiernas. Besos dulces, apasionados, besos robados que se convertirían en una bonita y larga historia de amor
CLÀUDIA BOCHACA SABARICH!
lunes, 13 de diciembre de 2010
HISTORIA DE AMOR
Un Paseo Por el Parque
Era una tarde de otoño. Estaba sentado en mi cama mirando por la ventana, miraba el edificio de enfrente. Ella vivía allí. Estaba sentada en su escritorio haciendo sus deberes. Cuando éramos pequeños éramos muy amigos, nuestras familias siempre salían juntas y muchos fines de semana íbamos de excursión. Pero al crecer nos fuimos separando. Aun recuerdo cuando hablábamos por la ventana. Su ventana está justo frente la mía. Cuando teníamos algún problema nos los contábamos por ahí, y si hacía falta íbamos uno a la casa del otro. Hasta que empezó a salir con Mateo. Mateo era el tipo duro del colegio, un chico, que supongo que era atractivo, porque a todas las chicas les gustaba. Siempre me fijaba en como la trataba, siempre gritando. Ella no se merecía eso.
La miraba cada tarde, des de mi cama, con la esperanza de que girara la cabeza y me saludará o abriera la ventana y me hablará.
Una tarde salí y me fui al parque. Mi lugar preferido. Un sitio tranquilo, para pensar, fuera de la civilización. Me llevé un libro y me senté en un banco, cerca del estanque. De pronto se oyó un grito. Dudé un poco pero decidí ir a ver que estaba pasando. Me acerqué sin hacer ruido, no sabía que me iba a encontrar. Fue entonces cuando lo vi. Era ella, estaba en el suelo y él la estaba cogiendo por el brazo. Estaba llorando. No me lo pensé, me lancé hacia él y lo separé de ella. Le dije que la dejara en paz y que no se le acercará más. Nos peleamos hasta que le conseguí tirar al suelo y con muy mala cara se fue. Al ver que se había ido me giré hacia Rosa y le ayudé a levantarse. Me dio las gracias muchas veces y mi respuesta fue, a todas ellas: no hay de qué!
Después de esa pelea, me sentía como un caballero que había ganado su trofeo, estaba un poco nervioso. Volvimos a casa hablando de nuestra infancia y de todas las aventuras pasadas. Nos hicimos buenos amigos, como antes. En una ocasión recordamos cuando hablamos por la ventana y lo volvimos a hacer. Cuando queríamos hablar lo hacíamos por ahí. Algunas tardes quedábamos para ir a pasear. Una tarde fuimos al parque. Y nos sentamos en el mismo banco des de donde oí aquella tarde su grito. Nos sentamos y hablamos, hasta que de pronto se me acercó y me besó. Mi corazón no podía resistir pensaba que me saldría del pecho. Se aceleró como nunca y mis sueños empezaron a tomar color delante de mí. Justo después le contesté:
- Te quiero!
Y ella me contestó con otro beso.
MARTA OLIVA ALBERT
HISTORIA DE AMOR
y había que aprovecharlos al máximo. Mientras iba en el autobús, iba pensando en mis musarañas, en mis cosas. Pensaba en mi primer beso, en mi primer novio. No se porque me daba por pensar en esas cosas, nunca lo hago. También pensaba en mis padres que después de 50 años aun seguían casados y enamorados. Nadie pensaba que iban a durar tanto, ni siquiera que iban a acabar juntos, porque de niños no se podían ni ver, eran enemigos íntimos. Competían por cualquier cosa. Por muy insignificante que fuera, ellos iban a la carga. Una vez sus padres, que eran muy amigos, organizaron una acampada. A ellos le horrorizaba la idea de tener que dormir juntos en la misma tienda. Aunque les seducía más ir de acampada al aire libre. Se lo pasaron en grande, pero cuando llegó la noche y con ella la hora de dormir …
Mi padre ideo un plan, mas bien una broma para mi madre. Consistía en buscar unas lombrices y introducirlas en la colcha de dormir de mi madre. Él sabia que ella le tenia pavor, por eso lo hizo, solo que no llegó a imaginarse lo que pasaría después. Introdujo las lombrices dentro del saco de ella, cuando se metió dentro sintió algo que se movía, pero no sabia que era, así que decidió investigar, al levantar la colcha las vio retorciéndose. Al darse cuenta de lo que era, dio un respingo y rodó, cayendo sobre él. Mi padre la aparto enseguida y ella lo miró, viendo así que se reía. Al amanecer no quiso hablarle nunca más, y así lo hizo. Volvieron de la acampada y todavía no le hablaba. Pasaron los años y seguía sin hablarle. Él se sentía muy extraño y muy mal y no sabia porque. Un día, ya tenían unos 15 años y había llegado el baile de fin de curso. Mientras él pensaba porque se sentía así, miró por la ventana y la vio caminando al lado de un chico, sonriendo, muy feliz. En ese momento, sintió un calor que le quemaba por dentro no sabia que era. Estaba frustrado e impotente. Quería bajar y darle una paliza a ese chico. Se dio cuenta. Sí, eran celos, celos de ese chico. Se dio cuenta de que estaba enamora, pero no desde ahora sino desde siempre. Cuando la conoció, la primera vez que la miró y le hacia bromas porque le gustaba no porque la odiara ni mucho menos. Al darse cuenta de ello, no lo dudó ni un segundo, no quería perder más tiempo. Iba a pedirle que fuera con él al baile. Pero era más fácil decirlo que hacerlo. Se pasó toda la noche pensando que le diría, como lo diría, donde se lo diría. No pudo dormir bien.
Al amanecer tomo coraje e inhaló aire. Se lavó los dientes, se vistió y bajó las escaleras hacia la casa de su enamorada. Cuando llegó a la puerta le temblaban las manos, y sudaba un montón, pero tocó la puerta y le abrieron. Comenzó a tartadear sin salirle las palabras. Se armó de coraje y le dijo:
- Ana, ya se que no … que no me quieres ver ni en pintura pero … pero me he dado cuenta de que … de que..
- ¿ Quieres decirme de una vez que quieres? No tengo todo el día.
- Humm … quería saber si … si querrías …
- Venga Emmet, suéltalo ya.
Hizo un largo suspiro y volvió a comenzar:
- Quería saber si querrías venir con migo al baile, pero si no quieres ir o ya tienes pareja no importa …
Ella le mira furiosa y extrañada. Él pensó que le diría que no pero después de unos segundos le dijo:
Porque demonios as esperado tanto para decírmelo, ¿hasta que me salgan canas?
Algo les pasó, no sabían qué pero, se miraron, sonrieron y se dieron un beso. De esos que sabes que nunca vas a olvidar en tu vida. Era el primero de los muchos otros que vendrían a continuación.
G. Yinaris G. Feliz
martes, 16 de noviembre de 2010
Debate sobre la inmigración en España
Aquí tienes una página donde puedes ampliar la información sobre el tema al tiempo que te preparas para hacer el debate.
http://sauce.pntic.mec.es/jotero/Ejercicios/opinas/4opinalilega.htm
miércoles, 10 de noviembre de 2010
DIARIO DE UNA ESTUDIANTE
Estoy harta de los exámenes. Me he pasado todo el fin de semana estudiando, sin poder salir por la noche. El sábado todos los de mi grupo fueron a la discoteca. Se lo pasaron muy bien como pude comprobar después en el facebook, colgaron todas las fotos. Mientras ellos conocían un montón de gente yo estaba encerrada en casa estudiando para el examen de matemáticas de hoy, que por cierto, no se porqué estudie tanto, no me ha servido de mucho, el examen me ha ido bastante mal. El miércoles nos dan la nota. Si suspendo este examen me suspenden la preavaluación.
Voy a estudiar sociales, porque mañana tengo un examen de la guerra civil española. La historia se me da bastante bien, aunque no me gusta mucho este tema.
Martes, 15 de octubre:
Hoy he tenido el examen de sociales, creo que me ha ido bien, pero no estoy muy segura. Antes del examen he discutido con Dani, esto no me ha ayudado mucho a la hora de hacer el examen. Pero en este momento no me importa el examen, lo único que me importa en estos momentos es hablar con Dani y pedirle perdón. Llevamos juntos casi ocho meses y no quiero echarlo todo a perder por una simple discusión sin importancia. Lo quiero muchísimo y necesito tenerle a mi lado para estar bien.
Miércoles, 16 de octubre:
Hoy nos han dado la nota de matemáticas. ¡No he suspendido! Estoy muy orgullosa de mi nota. He sacado un seis. Después de todo, me sirvió de algo el fin de semana encerrada en casa sin salir de fiesta. Todos mis otros amigos que salieron de fiesta han suspendido.
Aún no he podido hablar con Dani. Le he enviado un mensaje al móvil para quedar i arreglar las cosas, pero no me lo ha contestado.
No me puedo concentrar en los exámenes estando mal con Dani.
Jueves, 17 de octubre:
Le he enviado cinco mensajes, le he llamado cuatro veces al móvil, pero lo tiene apagado. ¡Me estoy empezando a preocupar mucho! ¿Y si no quiere saber nada mas de mi?
No creo que olvide estos ocho meses así de rápido, o puede que ya me haya encontrado una substituta. No podría verlo con otra que no fuese yo.
Con todo este lio no he podido estudiar demasiado para el examen de mañana, de biología.
Viernes, 18 de octubre:
¡Me ha llamado! ¡Por fin me ha llamado! Se ve que la tarde después de pelearnos se les estropeó el móvil y durante estos días ha estado en la tienda, por eso lo tenia siempre apagado cuando lo llamaba.
Cuando ha encendido el móvil le han llegado por lo menos veinte mensajes mios, de las llamadas perdidas y de los sms que le escribí. Me ha pedido perdón por no haberme dicho nada en estos días y por hacerme pensar que pasaba de mi. Me arrepiento tanto de haber pensado todo eso de él, me ha demostrado que no es así.
Después de perdonarme con el he echo el examen, me ha ido bastante bien creo, gracias a él que me ha dado su apoyo.
Ya se han terminado los exámenes por ahora. Este fin de semana pienso salir con todos y celebrarlo, porque a pesar de todo no he suspendido ninguno.
Judith Colom
lunes, 8 de noviembre de 2010
diari
DIARIO
7 de setiembre, 2009.
Hoy es el primer día de tercero ESO. La vacaciones han sido una mierda, me han robado la cartera y se me a muerto el abuelo. Estoy semi-preparado por el curso, no tengo ni libros, agenda, estuche.. no tengo nada. En mi casa estamos en banca rota, nos han embargado el coche y el perro y también a venido los de la seguridad social a buscar a mi hermana.
He terminado el día y a sido como siempre. Me han expulsado 3 veces por pegar a un niño muy burro y por fumar en clase.
Me e ido al Plus a robar con mis amigos tres botellas de whiskey y nos la hemos bebido en clase de educación física, el profesor no se a enterado. He llegado a casa he cenado y me e puesto hacer los deberes y a dormir.
8 de setiembre, 2009
Hoy me he saltado la primera clase y he ido a los jardines a fumar con los amigos, nos han pillado los mosos , pero hemos logrado escapar. He llegado a la segunda clase y nos han puesto un examen, por suerte tengo un siete. Hemos terminado las clases antes porque el profesor estaba en el hospital.
A la tarde nos han echo un charla sobre la droga, y al final de la clase los mosos nos han registrado las bolsas porque sabían que nosotros vendíamos drogas, pero por suerte me lo había olvidado en casa.
10 de setiembre, 2009
Ayer no pude escribir el diario porque estaba enfermo y no hice nada , todo el día jugando a la PS3, haciendo deberes y todas esas cosas que hacen los enfermos. Hoy no he echo gran cosa porque aun me hacia daño la cabeza y lo único que he echo a sido dormir la mayoría de la horas en clase. He salido por la tarde y he ido con los amigos en el cine a ver un película , pero nos han echado porque hacíamos mucho ruido.
11 de setiembre, 2009
De repente a venido mi perro en mi habitación y se me a comido el diario, pero e vuelto a empezar otro.
He llegado al instituto y el director me a dado una carta, la he abierto y he leído que me pondrían en una escuela de menores, yo me enfadado tanto que cogido al tabla y al e tirado por la ventana.
Y ahora se me han pasado la ganas de escribir por lo tanto este diario queda censurado.
PAU MAZA AGULLÓ
DIARIO DE UNA ESTUDIANTE
DIARIO DE UN ESTUDIANTE
5 de septiembre: Hace como quince días que no veo a mis amigos, son tan importantes para mí…
6 de septiembre: Estoy muy nervioso, me pregunto cómo será mi primer día de clase…Cómo va a ser aquí la gente? Deséame suerte amigo
7 de septiembre: Hoy ha sido el primer día de clase. No conocía a nadie. Soy demasiado vergonzoso…Hay una chica que se sienta en la primera fila que es muy bonita. Se llama Amaia, pero tiene novio, y este tiene pinta de delincuente.
9 de septiembre: En clase de física me ha tocado hacer el experimento con Amaia, la chica bonita. Hemos estado hablando. Me parece que es la primera persona de este instituto con la que he mantenido una conversación de más de tres frases. Amaia es perfecta, creo que me he enamorado. Qué tonto soy…He investigado y sé que su novio, el macarra, se llama John.
10 de septiembre: Todo ha pasado a la hora del patio, John y tres amigos suyos que también llevaban las mismas pintas que él, me han acorralado en un rincón del patio. John hablaba fuerte, con claridad, con un tono de voz imponente y obedecedor: “como te vuelvas a acercar a mi chica te las vas a tener que ver conmigo chavalín”
11 de septiembre: Al salir de los cambiadores del gimnasio, me he encontrado a Amaia. Se ha puesto a llorar en mis brazos. Estábamos solos, y he intentado consolarla. La causa de su desconsolación ha sido la diferencia de caracteres de John y ella. No soporta que sea tan prepotente y que tenga vicios malos como el de fumar, solo para creerse superior. Pero está enamorada. Supongo que John tiene suficientes contactos en el instituto como para enterarse de que Amaia y yo habíamos tenido aquella conversación. Por la tarde, al salir del instituto, alguien seguía mis pasos de regreso a casa. No me he atrevido a girar la cabeza. El miedo se ha apoderado de mí. Entonces le he visto, John ha sacado una navaja y me la ha puesto en el cuello mientras decía: “Te advertí de lo que pasaría si volvías a mirar a Amaia. Veo que no me has hecho caso…Supongo que debe ser porque no sabes lo loco que estoy y lo peligroso que puedo llegar a ser.” Su puño ha golpeado mi cara y me ha empezado a salir sangre de la nariz. Me ha dado una paliza y me ha llamado imbécil, y un montón de cosas más. He llegado a casa con toda la cara morada, y le he tenido que decir a mi madre que me he caído por las escaleras
14 de septiembre: Durante todos estos días, he estado evitando a Amaia, ella cree que estoy enfadado. No quiero que piense eso de mí, pero no puedo decirle nada porque Jack se enteraría y volvería a torturarme, ahora ya sé que aquel chico es demasiado peligroso. Todos los días ando por el pasillo intentando no encontrarlo. No tengo amigos, nadie con quién hablar. Sólo tenía a Amaia, y mi cobardía hará que la pierda para siempre
15 de septiembre: Me han vuelto a pegar. Hoy no era John sólo, eran todos sus amigos unos me sujetaban, otros me golpeaban y otros me gritaban todos los insultos que puedas imaginar. No sé por que lo han hecho, hoy no he hablado con Amaia. Creo que ha sido por pura diversión. Esto empieza a darme miedo. Creo que el único amigo que tengo ahora eres tu. Me pregunto hasta cuando durará ésta pesadilla.
1 de Octubre: Es curioso cómo las cosas pueden llegar a cambiar tanto en un simple mes. A Johnack lo internaron en un reformatorio, ya se había metido en demasiados líos. Le estará bien pagar por ello. Le odio, le odio como nunca antes he odiado tanto a nadie. Sus amigos ya no me miran mal ni se ríen de mí. Es más, ahora se han convertido en mis amigos, y he visto que en el fondo son buenas personas. Amaia, ahora es mi chica. Somos felices.
Quiero agradecerte todo este tiempo que has estado escuchándome en los momentos que más sólo me sentía. Y también quiero que sepas diario, que has sido una de las cosas más importantes de mi vida
CLÀUDIA BOCHACA SABARICH
El misterio de la escuela. (Basado en la redaccióm: Diario de un estudiante)
La escuela sigue cerrada. Mi padre me dice que los amos pronto aceptarán la petición de traer un nuevo profesor. Pero de momento, todavía me queda mi lápiz y mi cuaderno con el que puedo seguir estudiando. Llegaré a ser profesor, no quiero ser minero.
3 de octubre de 1907:
No ha venido ningún maestro. Todo el mundo está muy enfadado. Las fichas con las que pagan a mi padre cada día valen menos, apenas nos llega para comer. Mañana se van a reunir los amigos de mi padre, tienen que decidir algo muy importante, ¿hablarán quizás del nuevo profesor?
4 de octubre de 1907:
Me temo que no era para hablar del maestro. Quizás ahora se pueda solucionar todo. Hoy nadie ha ido a trabajar, creo que están en huelga. Mi maestro me lo solía explicar todo, pero ahora que no está somos invisibles, como si no estuviéramos.
5 de diciembre de 1907:
No he tenido ningún maestro des de entonces. Los mineros están muy desesperados, no hay nada que comer. Los amos no quieren darnos nada y mis padres no aguantan más. Creo que pasará algo. Me gustaría tener un amigo al que contarle lo que siento, pero murió, creo que de hambre, yo lloro todos los días. Es mejor no decir nada a nadie, todo el mundo tiene ya suficientes problemas.
Ahora que tengo un nuevo lápiz escribiré más pequeñito para que me dure más que el anterior.
8 de diciembre de 1907:
Hoy me he despedido de la escuela, todos han decidido marchar a la ciudad. Tenemos un largo camino, de seis o siete días, por las noches intentaré hacer cuentas, para que no se me olviden. Nunca he visto una ciudad, ¡Quizás habrá escuelas, libros, lápices! ¡Me gustaría tanto ver una de verdad! ¡Por fin veré el mar! ¡Tengo tantas ganas!
Mi padre está preocupado, todo el mundo lo está, y lo entiendo, mi vecina también ha muerto.
13 de diciembre de 1907:
Cuando llegamos a la ciudad, nos dijeron que esperáramos aquí, en esta escuela. Me encanta. ¡Nunca había visto tantos libros juntos! Todo me gusta, estamos todos juntos, no pasamos frío y una de las cosas más impresionantes. ¡He visto el mar! ¡Es muy grande y bonito! Las olas nunca paran, parece que sea un Dios quién las mueva.
Por mala suerte solo estaremos aquí por unos días, hasta que lleguen los amos.
¡Yo quiero una escuela como esta!
Hoy va a pasar algo. Se van acercando al puerto muchos barcos con soldados. Algunos de la ciudad nos apoyan, pero otros nos miran como extraños. Nosotros no queremos quitarle nada a nadie, solo queremos un poco de comprensión, hace días que no comemos.
Muchos tienen miedo porque nadie se explica para que hace falta tantos soldados.
21 de diciembre de 1907:
Creo que será mi último día en la escuela Santa María de Iquique.
Los soldados rodean la escuela y el general nos ha dicho:
“Sois vagos y maleantes,
Robáis a la patria, sois traidores,
Dejar de inventar tanta miseria
E iros sin protestar
Que por más que pidáis,
Nada obtendréis,
Ir saliendo de la escuela,
Porque sino lo sentiréis.”
El Rucio, amigo de mi padre le ha contestado:
“ Seguiremos esperando,
Así nos cueste,
Porque no somos animales,
Levantaremos el puño alto,
Y el mundo lo sabrá, se lo prometo.”
El general le disparó y solo puedo oír gritos, tiros, lamentos, muerte.
Si un niño jugara a buscar tesoros en la escuela de Santa María, que encontraría?
Yo encontré el diario, de un profesor, o de uno de los 3600 asesinados.
(Las fechas y la historia son verídicas.)
David López
martes, 26 de octubre de 2010
Eran las dos de la madrugada, me levanté de repente por culpa de un ruido muy fuerte que venía de la calle. Me levanté y abrí la ventana para poder averiguar lo que estaba pasando. Lo que me había levantado de la cama era la alarma de la tienda de al lado de mi casa, al principio me asusté un poco porque pensé que habían entrado a robar, pero al mirar a través de la ventana pude descubrir que no solamente era esa alarma, sino que estaban sonando todas las alarmas de las tiendas, museos, cines... de todas la calles que mi vista alcanzaba, pero suponía que estaban sonando en toda la ciudad.
La gente empezó a salir a la calle, a los balcones, por las ventanas... para poder averiguar lo que estaba ocurriendo. El problema es que nadie sabía nada, todos estábamos igual y no había ni rastro de la policía ni de ninguna autoridad a quien poder preguntar lo que estaba ocurriendo.
Al cabo de dos horas de sonar continuamente las alarmas cesaron y pude volver a la cama, pero no pude dormirme asta pasadas unas horas, me inquietaba la idea de no saber la razón por la cual todas las alarmas habían empezado a sonar a la vez.
Por la mañana siguiente todos los periódicos hablaban de la misma historia, pero todos decían distintas causas: algunos decían que era a causa de un fallo en el circuito eléctrico, otros daban distintas soluciones, pero ninguno coincidía. Supuse que nadie había podido explicar lo que realmente había sucedido.
Ahora, después de unos cuantos años, la gente de la ciudad cuenta esta historia , pero cada uno la termina como quiere, se ha convertido en una leyenda urbana.
Judith Colom
lunes, 25 de octubre de 2010
Quería dejar de soñar (sonaron todas las alarmas de la ciudad)
Segunda alarma; (2:35 de la noche) Sonó en la tienda de ropa. ¿Me estaba volviendo loco? La alarma de la joyería no paraba y cada vez más fuerte, y no era suficiente que empezó otra, los ladrones se habían puesto de acuerdo? Me levanté de nuevo, fui al balcón y miré hacia la tienda de ropa, nadie había allí. ¿Tenía que llamar a la policía? Hubiera sido bueno opción, pero decidí volver a la cama y ponerme tapones, las alarmas eran muy molestas.
Tercera alarma; (3:40 de la noche) Era una especie de broma surrealista? ¿Era todo un sueño? Me pellizqué y me dolió, no era un sueño.
- ¿Madre lo oyes? ¡Madre! ¿Estáis despiertos? ¿Dónde estáis? ¿Podéis oírme? ¡Qué alguien conteste por favor!
Me dirigí al balcón, nadie se veía.
Todas las alarmas; (3:43 de la noche). No se veía a nadie en el balcón. Yo gritaba y gritaba, pero las alarmas ganaban a mi voz. Era inútil. Bajé las escaleras y salí a la calle. Todo estaba cerrado, ni rastro de ninguna persona o animal.
- ¡Por favor! ¿Dónde estáis? ¿Por qué me hacéis esto?
Me calmé, mi voz interior quería seguir la lógica. Pero no tenía. Nada de eso tenía lógica. ¿Me iba a morir? No, o eso creía; o me gustaba creer. Volví a subir al edificio, allí estaría seguro. Nadie me oiría. ¿Cómo me iban a oír? Las alarmas retumbaban en mi cabeza. Cada vez sonaban más y más fuertes. ¿Qué me pasaba? Encendí el televisor, estaba en negro. Estaba maldito, ese iba a ser mi fin. Estaba muy asustado, cuando oí algo del televisor. No podía oír que era. De golpe las alarmas empezaron a cesar, esa voz tan familiar se oía cada vez más claramente. Aquella voz era de mi madre. Aquella voz me estaba gritando.
- ¿Qué te pasa Max?
Me desperté. Todo había sido un sueño. Gracias a Dios.
- ¡Mamá! ¡Nunca vuelvas a desaparecer!
- ¿Por qué hijo? Mamá siempre estará aquí. Ahora duérmete.
Nunca lo había pasado tan mal. Fue mi peor pesadilla. Estaba muy agotado. No tardé mucho en dormirme.
5:32 de la noche, me desperté. No podía dormir. Me levanté i fui a observar el balcón. Todo tranquilo, demasiado tranquilo. La alarma de la joyería empezó a sonar, no había guardia de seguridad.
SONARON TODAS LAS ALARMAS DEL MUSEO
El plan estaba hecho, tenía que ser el robo perfecto, cuando apareció ella. Melena morena, ropa arrapada y botas con talón. Cuando la vimos bajar de su moto ya sabíamos que no podíamos empezar. El plan se aplazaba. Era la ladrona más famosa entre los ladrones del país. La policía de tres países la buscaban por robo, pero nunca la habían cogido.
Cuando la vimos bajar de la moto nos preguntamos: ¿cómo ha sabido nuestra intención? Entonces empecé a pensar que tal vez entre nosotros hubiera un espía, cómplice suyo. Se había parado ahí en medio para que la viéramos y tuviéramos que esperar a otra oportunidad. ¡Quién sabe cuándo sería!
Por el auricular avisé a todos del suspenso de la operación. Nos reuniríamos en el almacén. Cada uno por una ruta distinta fuimos hacia allí. Yo era en esos momentos el cabecilla de la organización. No confiaba en nadie, ni en mis hombres y claro estaba que hacía bien. Hablamos sobre Matilde, la ladrona. Nadie se lo explicaba. Alguien tenía que ir a hablar con ella. Ese era yo. Mis hombres me acompañaron con el coche, y me dejaron en el centro de la ciudad. Des de una cabina de teléfonos la llamé. Tenía su número, antes habíamos sido cómplices, hasta que me falló. Me dejó solo. No esperó y no dudó en huir sin mí. Nunca supe nada de ella, ¿se escondía?, hasta esa mañana, cuando bajó de su moto. Me cogió el teléfono y al oír mi voz, noté que tenía miedo. Aunque fue difícil quedé con ella para hablar.
Fue en una habitación de hotel, llamé a la puerta y vino a abrirme. Entonces le miré y… tenía una cicatriz en medio de la cara. Su rostro no era el mismo, pero conservaba aún su belleza. La cicatriz no había afectada a sus facciones casi perfectas. La miré a los ojos y vi que estaba muy asustada. Nunca antes la había visto así. Me pidió perdón, pero no la escuché, estaba llorando. Se arrepentía de verdad, pero no podía perdonarla así como así.
Tenía que ser frío y le pregunté cual era el motivo por el que estaba allí, por el que había fastidiado mis planes. No me contestó y me tuve que ir. No la podía reconocer, tenía mucha rabia en mi interior, yo la había querido mucho y volverla a ver me afectó un poco. ¿Qué le había pasado?
Me reuní con mis hombres, la reunión con Matilde no había servido de mucho. Volvimos a hacer el plan, y esta vez saldría bien. Tenía que robar un cuadro, estaba en la planta baja del museo, trabajo fácil. Tenía 30 segundos para cogerlo. Entré y cuando me sonó la alarma del reloj. Era mi turno, en esa sala no había nadie, todos se pensaban que había un equipo de limpieza. Lo cogí, y me dispuse a salir, pero había un policía viniendo hacia allí, se había dado cuenta. Me iba a pillar, cuando de pronto apareció ella. Estaba detrás de mí. Me volvió a pedir perdón y me dijo que esta vez no me iba a dejar solo, que me iba a ayudar. Que la otra vez, había sido víctima de un chantaje y como yo me escapé le cortaron la cara. Pensé que no teníamos escapatoria, pero ella abrió en el techo una trampilla, siempre me iba a sorprender y salimos por ahí. Pero con la mala suerte de que sin querer pisé uno de los rayos láser que cruzaban la sala. En ese momento sonaron todas las alarmas del museo.
MARTA OLIVA ALBERT
SONARON TODAS LAS ALARMAS DE LA CIUDAD
CLÀUDIA BOCHACA SABARICH
miércoles, 13 de octubre de 2010
Autobiografia de uno mismo: "Aborrezo profesiones"
Empecé mi carrera como médico, la continué cómo actor y acabé cantante.
Con solo cinco añitos no tenía miedo a la sangre, es más, no me importaba ver sangrar. Bueno, no era un sicópata ni nada parecido, pero me encantaba todo lo relacionado con la salud. Mi gran familia de animales me permitía aprender, cuando uno se hacía daño, mi padre lo curaba y yo aprendía. Poco a poco, fui aumentando mi deseo, cada día me gustaba más. Me fui informando sobre todo a medida que avanzaba mi instituto. Sí, las ganas disminuyeron al ver el 8’9 de selectividad, pero tenía que poner todo mi empeño. Al cabo de dos años de entrar en el instituto descubrí el teatro, me encantaba. Fui aprendiendo, como en todas las ciencias. Me gustaba, pero la medicina predominaba en mí.
Al final de mi larga estancia en el instituto ingresé en la universidad de Medicina, lo conseguí. Fui progresando, la acabé en tan solo 4 años, nada normal. A los diez años era experto, venía gente de todos los lugares para visitarme, pero mi vida no valía la pena. Encontré a viejos amigos en la televisión y sentí una necesidad. La necesidad de actuar. Les llamé, estaban actuando en series nacionales y una amiga mía llegó a Hollywood. Volví a reprender mi antigua carrera y gracias a amistades llegué a lo más alto. Sabía actuar bastante bien, me gustaba y lo adoraba. Hice junto a una vieja amiga Hamlet de Shakespeare, era una de nuestras obras preferida. Ella vivía en Australia, era soltera y al igual que mi, aborreció su carrera de la cual era experta.
A los 32 años aborrecí el teatro, quería complicarlo y le incluí el canto.
Era actor cantante, y muy bueno, llegué a tener mi propio single, y Disco de Oro.
Al cabo del tiempo, volví a ser médico, no por mí, por la gente. Necesitaban de mi saber.
Todo esto os lo cuento hoy, que ya tengo setenta años y creo que todavía soy útil para el mundo.
AUTOBIOGRAFÍA DE UN PERSONAJE FAMOSO
Las hojas caían de los árboles cómo gritando que ya era otoñó. Pequeñas lágrimas mojaban mis rojizas mejillas. Fue entonces cuando apareció le luz. Una luz pequeña que mi hizo llegar a los grandes focos del escenario. Un hombre desenfadado, simpático, joven y muy guapo se me cruzó por el camino. Se giró y me preguntó el nombre, dijo que era director de cine y que estaba preparando una serie. Con sólo verme me había visto en el papel protagonista de la serie. Jane, una niña atrevida, con sus puntos de rebeldía y un corazón que no le cabía en el pecho. No hicieron falta castings, el papel era mío. Empezamos a ensayar, grabar… Todo aquel mundo era impresionante, yo no tocaba de pies al suelo, no podía creerme aquello. La serie empezó a emitirse un año después, a tV-3. Se llamaba “Res es imposible” Jorge el joven director de la película y yo nos habíamos enamorado a primera vista, y para cuando las serie empezó emitirse, me mudé a su casa que a partir de ahora también sería mía. Fue entonces cuando mis padres, gracias a la gran pantalla volvieron a tener noticias mías. Me los encontré en el plató después de la grabación de un capítulo nuevo. Me pidieron perdón por no haber dejado cumplir mi sueño desde un buen principio, que volviera, que me querían. Pero ahora era tarde, había podido llegar hasta allí sola y ahora no volvería a casa, ya tenía mi propia vida con Jorge y ellos me habían dejado en la calle en un momento difícil. Mi carrera siguió avanzando y al finalizar la serie, me cogieron para una película que se rodaba en Madrid: “sin fronteras” esto supuso la separación de Jorge y yo durante más de un año, pero no afectó nuestro amor. Jorge tenía un nuevo proyecto para dirigir una serie en Hollywood, y yo era su producto, protagonizaría aquella serie junto a Robert Pattinson. Ahora estoy viviendo en Hollywood, el rodaje de la película está yendo de maravilla pero no puedo contaros más…Esperó que deis una visita al cine cuando se estrene “noches de papel”. No os la podéis perder!
Clàudia Bochaca Sabarich
AUTOBIOGRAFIA DE UN FAMOSO
Soy Martina y nací el 9 de julio de 1988 en Barcelona, Cataluña.
Mis padres son: Henry Molly y Elvira Lins. También tengo un hermana, un año y medio menor que yo, que se llama Lina.
Soy cantante y actriz.
Con diez años empecé a escribir cancioncillas y a participar en pequeños concursos, de karaoke y en algunas ferias de mi ciudad, Poblesa. Hasta que, un poco más mayor, en un concurso televisivo, el cual no gané, un productor me vio y me propuso un contrato con una discográfica. Desde entonces grabo mis discos ahí. He lanzado ya, 3 álbumes que han tenido mucho éxito. En los dos primeros, canto en catalán, la lengua que hablo más frecuentemente y la que considero mi lengua y en el último en inglés, la lengua de mi padre.
Él, es de Estados Unidos y conoció a mi madre en un viaje de trabajo, es policía y hacía un viaje para conocer los métodos policíacos de aquí. Y en ese viaje encontró a mi madre por casualidad, en una fiesta y se enamoraron. Él se mudo a vivir aquí y se instalaron en Poblesa. Mi padre dejó a su familia allí pero vamos cada verano a verles. Cuando voy allí les regalo mis discos a mis abuelos y a mis tíos. Aunque la ultima vez, cundo les quise regalar el último ya lo tenían. Mi discográfica los distribuye por todo el mundo.
Yo creo que mi madre es la persona que más me apoya y la que siempre me sigue donde voy. De su familia solo puedo decir cosas de mi abuela y de mis tíos. Mi abuelo murió cuando yo tenía dos años y mi hermana acababa de nacer, así que no me acuerdo de él. Al morir él, mi abuela vino a vivir con nosotros, y su casa se la dio al hermano de mi madre, Pedro, que acababa de casarse. Su casa no está muy lejos de la nuestra. Al vivir con nosotros mi abuela ha sido como una segunda madre. Por las noches antes de irnos a dormir siempre nos contaba cuentos y cuando la ayudábamos can las tareas de la casa siempre inventábamos canciones y ella nos las cantaba para hacer el trabajo menos pesado. De ella he sacado mi pasión por la música, cuando la escuchaba pensaba que cuando fuera mayor quería cantar como ella.
Ahora está ya más mayor y yo ya no vivo con ellos, pero siempre que llamo y hablo con ella, le cuento lo que estoy haciendo y ella me aconseja. Aunque no viva con ellos, les veo casi cada día.
Yo me he comprado una casa, a las afueras de Poblesa, para estar más tranquila. La prensa siempre me molesta y siempre saca fotos y explican cosas de mi vida. Siempre sacan cotilleos sobre supuestos novios y sobre tonterías de esas. A parte de esto mi casa es muy tranquila y hago una vida bastante normal.
Mi hermana es la única que no vive en el pueblo, pero viene a menudo. Ella es abogada, y su trabajo la obliga a vivir en Barcelona, donde vive con su marido. Se casó el año pasado. Ella es mi abogada particular, si tengo algún problema siempre la llamo y me lo soluciona.
Ahora estoy trabajando por una cadena de televisión que me ha propuesto el papel protagonista de una serie semanal. Había hecho de actriz, cuando era niña en la escuela, pero nunca pensé que lo volvería a hacer, hasta que me lo propusieron y creí que era un buen momento para hacerlo y me lo tomé como un reto. Creo que lo puedo hacer y qué puedo hacerlo bien.
MARTA OLIVA ALBERT
lunes, 4 de octubre de 2010
El castillo que fuimos a visitar la semana pasada era un castillo medieval, uno de los más antiguos de Cataluña. Se trataba de un castillo defensivo, por eso estaba en lo alto de una montaña para poder ver a los enemigos acercarse cuando aún estaban lejos y poder estar preparados para contraatacar.
El castillo actualmente está en ruinas, tal i como lo dejaron sus últimos dueños al morir, los reyes de esa región.
No era un castillo muy grande estaba especializado básicamente en la defensa.
Tenía una torre del homenaje muy grande, donde residía al señor. Actualmente esa torre está completamente en ruinas y solamente se puede ver una pequeña parte de ella. Estaba en el sitio más seguro de todo el castillo, para que si los enemigos conseguían saltarse todas las defensas esa fuese el último refugio.
Se accedía al castillo por el patio de armas, estaba en el centro del castillo, comunicaba con todas las otras estancias, como la armería o la capilla, e incluso a un pasillo secreto que comunicaba con una pequeña iglesia que estaba a dos quilómetros de distancia del castillo, para que los señores pudiesen escapar del castillo en caso de asalto.
Al ser un castillo defensivo tenía muy pocas oberturas, y las pocas que tenía eran muy pequeñas, para evitar posibles ataques. Porqué una obertura muy grande podía ser un punto débil donde poder atacar.
Había una pequeña muralla a su alrededor, pero actualmente está casi completamente en ruinas.
Todo el castillo había estado construido con piedras de esa misma montaña, en esa época no se podían traer materiales desde muy lejos.
Actualmente hay una organización que está recogiendo dinero para poder restaurar lo más rápido posible ese castillo y evitar que se pierdan recuerdos de nuestro pasado.
Judith Colom
miércoles, 29 de septiembre de 2010
LA HISTORIA DEL CASTILLO DE MUR
La guerra reinaba por las tierras Pallaresas. Te estoy hablando de mucho tiempo atrás, cuando nuestros padres, abuelos y tatarabuelos aún no existían. El Castillo de Mur pertenecía entonces al señor Arnau Mir de Tost. Era un conde muy importante en aquel momento. A él le pertenecían distintos castillos de las tierras leridanas.
El castillo de Mur, era la construcción más bien situada y de más valor que tenía aquel noble. Por eso, se encontraba en constantes ataques con el fin de invadirle su preciosa residencia. Arnau defendía como si le fuera la vida a aquel castillo que lo había visto crecer y sólo lo abandonaba si la causa se lo merecía y estaba bien justificada. El castillo no era muy grande, pero poseía una amplia colección decorativa de considerable importancia. Tenía un grupo de criadas y caballeros a la disposición del conde, y no había nunca ningún problema de coordinación a causa del buen ambiente que se respiraba en aquel edificio.
Todo reinaba junto a la paz y la fraternidad hasta que un día, unas nuevas tropas vinieron a atacar al castillo del señor. Este ejército, pero, no era como los otros, sinó que poseía muchos más caballeros y un noble a la cabecilla, ni más ni menos que el señor de Aragón, uno de los más poderosos del reino de España. Arnau no había previsto aquello. Los primeros rayos del sol rompieron el sigilo de la noche. Las tropas aragonesas iban ganando territorio mientras los hombres del castillo luchaban con sudor y sangre, con inútiles esfuerzos que iban a cobrar con su vida.
Durante una de las luchas, Arnau experimentó una nueva sensación en medio de todo aquel mar de lágrimas, una chispa de esperanza, un galope en su corazón. Sintió algo nuevo dentro suyo, algo que le sacaba por algunos momentos del duro corazón de un luchador: el amor. Ella era Valença, la hija del rey de Aragón.
La lucha terminó para entonces, los hombres aragoneses dieron un día de tregua a aquella difícil batalla. Arnau seguía pensando en cómo podía ganar al rey , pero su cabeza cambiaba de sentido para llegar siempre a la misma imagen, Valença, con su piel blanca y su melena negro carbón, con aquellos ojos que reflejaban una mirada pura pero con una expresión de dolor en la cara, él sabía que podría llegar a hacerla feliz.
Valença había sentido lo mismo por el conde aquel día. Al cruzarse sus miradas, había nacido un nuevo fruto entre ellos, había nacido el amor.
Ella era una chica valiente, segura consigo misma y dispuesta a hacer lo que hiciera falta para cumplir sus sueños así que camuflada con el vestido de una criada a la cual había contado su historia, se fue hacia el cuarto de Arnau.
Él le ordenó que le trajera un vaso de vino y al cabo de un segundo tubo tiempo para reconocer quien era. Era ella, la chica de la cual se había enamorado en la última lucha.
Los dos se abrazaron, no había palabras, aquel momento era como la eternidad deseable.
Cuando se despertaron de aquella fantasía, Valença le contó su plan a Arnau.
El truco para que el ejército de Aragón fuera invencible era la inmortalidad del padre de Valença, nada podía matarlo ni siquiera un disparo en el medio del corazón, nada. Sólo ella y su madre conocían su secreto, el punto débil del rey era el meñique, de la mano izquierda, si se los cortabas, el rey moría al instante. Este hecho paranormal era así desde que era pequeño. El niño nació con aquel dedo más desarrollado que los otros, no se sabía el porque y empezaron a ir a médicos para que descubrieran aquel misterio. La única persona que supo ver lo que tenía, fue la bruja del pueblo, Mariana. Le contó que esto era genético y que alguno de sus antepasados habría tenido también aquellos mismos síntomas.
Arnau corrió a reunir a todos sus hombres y convocó otra batalla inmediata, los aragoneses aceptaron. Querían acabar con aquello de una vez por todas.
La batalla empezó. Arnau, con todo el coraje del mundo luchando por el amor a Valença y a su querido castillo, avanzó cortando cabezas hasta llegar al invencible rey. Manejó la espada con unos movimientos ligeros y hábiles y le cortó el dedo. Fue cosa de unos segundos para que se cayera del caballo y perdiera la vida, dejando a su alrededor un ejército perdido, que al verlo abandonar este mundo, giraron galopando lo más rápido que podían. El hermano de Valença la cogió por el brazo. Ella le hizo que no con la cabeza, entonces el futuro rey de Aragón lo supo. Era su hermana quién los había traicionado. Todos los caballeros de Mur empezaron a gritar, bailar y celebrar la victoria.
Mientras tanto Arnau y Valença observaban cada paso que daban los caballos dándose la fuga por la ladera de la montaña hacia Aragón. Sin su rey, sin su poder inmortal, sin un rumbo a seguir.
Ellos dos permanecían abrazados, iluminados por la luz rojiza de la posta del sol, alimentando aquel amor que tantos años les había costado descubrir, aprovechando cada momento que les llevaría a una eternidad juntos.
Venir aquí, ahora que este castillo está en runas, me hace recordar la historia de mi familia. Sí, pertenezco a la familia de los dueños del castillo de Mur, soy hijo de hijos de Arnau y Valença, y me siento orgulloso de esto. Ahora, el castillo, ya no pertenece a nuestra familia, es patrimonio cultural. Pero lo que sí que pertenece a mi familia son los recuerdos y la historias que se esconden entre sus paredes, la sensación que siento cuando estoy delante suyo, el poder de pertenecer a una maravilla como aquella.
Clàudia Bochaca
Una recompensa, ¿merecida? (fotografía)
- ¡Cúralo por favor!
- ¡No puedo, si lo curo me matarán! Me declararán hereje de la patria.
- Usted es monja, ¿va a ofender a Cristo?
- ¡Usted no sabe nada sobre Él!
- Puede que no, pero mi hijo se está muriendo, necesita ayuda urgente y usted es la única que puede hacer alguna cosa. Por favor, si le cura la puedo ayudar. No tengo mucho dinero pero la daré todo lo que esté en mis manos.
- Lo siento de verdad, ¡pero mi valeroso rey me matará si le ayudo!
- ¡Se lo suplico! ¡Sólo tiene 15 años!
- ¡Briggitte, ven aquí corre, los musulmanes están instalándose a los alrededores del castillo, tenemos que irnos!
- No se vaya querida monja, por favor, acepte mis tierras, mis joyas, todo lo que tengo, pero cúrelo por favor.
- Perdóneme Cristo, pero he de marchar, no puedo curarlo.
- ¡Qué Dios la maldiga monja! Celebre en el castillo los días que le quedan, pues usted está maldita y al igual que mi hijo morirá.
Briggitte corrió en dirección al soldado que la protegía en medio de toda la batalla. Entraron por unos túneles subterráneos y llegaron al castillo. Al Castillo de Mur. Era un castillo grande en lo alto de una montaña. Las vistas eran impresionantes, siempre había querido vivir allí. Briggitte se dirigió hacia la cámara del rey donde tenía que explicar el recuento de muertes y heridos de ambos bandos. Ella hacía todo lo posible para contarlos pero no era ni mucho menos una ciencia exacta. Cuando acabó se fue hacia sus aposentos, eran más bien lujosos, una cama, una mesa y una vela acabada de encender. Tenía muchos remordimientos, tenía que haber ayudado al pobre hombre, no se lo merecía. Su rey no le gustaba pero el propio no es que fuese muy diferente. Se fue a dormir pensando: “¿Soy mejor persona por adular a mi Dios y por repudiar el de los demás? Quizás sí, siempre me lo han dicho”.
Briggitte se levantó sudando, no era de día y según la luna todavía faltaba para serlo. Cogió su vela apunto de apagarse y se dirigió hacia la cocina para echarse un poco de agua. Iba caminando y sus pasos era el único sonido que se oía. Se apagó la luz de su vela. Un viento empezó a azotar a todo el pasillo y Briggitte empezó a notar cómo se iba congelando poco a poco, ella pedía auxilio, pero nadie acudía. Gritaba y gritaba. Se despertó, era un sueño, miró hacia la luna faltaba mucho para que fuese de día. Se asustó como una niña pequeña cuando no encuentra a su madre. Aunque no distaba muchos años de ser una niña, sólo tenía 17 años. Y cómo tal, hizo lo que cualquier niña haría, gritar. Cinco o seis hermanas aparecieron y le dieron unas cuantas mantas; ella estaba muy fría, hipotérmica.
A la luz del alba Briggitte se sentía cansada y recordaba las palabras del joven padre: “Celebre en el castillo los días que le quedan, pues usted está maldita”. Y si era verdad –pensó. No puede ser, Él me protege.
La batalla continuaba y Briggitte se preguntaba si de verdad valía la pena luchar por el poder. Quizás no- pensó.
Briggitte sintió la necesidad de visitar el sitio donde pocas horas antes había estado su paciente. Allí había una cruz hecha con palos de madera y en ellos estaba gravado:
“Este era tu Dios, no? Pues así lo he enterrado, cómo usted quería, con una cruz. Pero recuerde que no muere solo, usted caerá con él. Por el nombre del padre, del HIJO, del espíritu Santo,
Amén”.
Briggitte estaba muy asustada, ella no quería morir, al igual que el chico de 15 años. Se sentía impotente, al igual que el padre del chico; se sentía como ellos. Tenía que encontrar al padre, le tenía que pedir disculpas era lo menos que podía hacer. Cogió una sábana blanca y trotó hacia el campamento enemigo. Con mucho valor pregunto: “¿Está aquí el padre del niño fallecido?” Nadie contestó, la miraban con cara de asco, la repudiaban y ella se arrepentía. No lo curó por creer que unas personas son mejores o peores, porque creía que una gente que no quería a Cristo no podía ser feliz y ahora ella lo entendía. Los musulmanes de justo delante suyo se apartaron y dejaron a la vista una gran cruz con el padre clavado en ella. Briggitte gritó, sollozó. Cuando se recompuso dijo: “¿Por qué le habéis hecho esto?” Los musulmanes no contestaban, no entendían lo que decía, pero la repudiaban. Uno de ellos empezó a lanzar flechas a su alrededor, tenía que correr, todos lanzaban flechas, algunas incendiadas, cada vez se acercaban más y más, Briggitte estaba agotada, no podía correr más, se tuvo que parar, creía que no estaba a tiro. Se sentó y miro hacia el río de delante. En el reflejo vio al hijo, más tarde al padre, los dos sonreían.
Una flecha la alcanzó.
(De la redacción a partir de la fotografia)
David López
EL CASTILLO DE LAMBRI
Ahora os voy a describir y a contar la historia de un castillo, el castillo de Lambri.
El castillo es de la Edad Media, y en estos momentos está en ruinas, pero en su era de esplendor era muy bonito.
Está construido sobre una montaña de piedra, para que cuando viniesen sus enemigos, pudieran verlos venir y prevenirse, armar a su ejército e irse a esperarlos. En aquella época había batallas casi cada día así que la gente ya estaba acostumbrada.
El castillo en si, es grande, pero tiene como dos partes: la parte del castillo (la más grande) y la de un poco más abajo, que eran algunas casas. No os penséis que era un castillo de reyes y princesas, era el castillo de un noble. Este era tan rico e importante que tenía un ejército propio. Todos sus soldados vivían en su castillo con él, su mujer y sus dos hijos. El mayor era el que sería el heredero de la fortuna de su padre y al pequeño lo enviarían a un colegio de monjes.
No era muy grande, así que los soldados tenían que dormir en las cuadras con los caballos o estar de vigilancia toda la noche. El noble, el señor de Lambri, tenía también unos campesinos que vivían alrededor del castillo (en las casitas que he dicho antes) con sus familias y trabajaban para él. De ellos sacaba la comida, pagándoles muy poco. Les cedía sus tierras y ellos las conreaban, tanto para su señor como para ellos. Por la época en la que estaban el señor de Lambri era muy bueno.
Ahora están todas derruidas y solo queda su estructura, las paredes de fuera. El castillo en cambio, por dentro aun conserva algunas de las paredes principales que con los años han sido arregladas varias veces. En la parte trasera del castillo, hay un acantilado, eso hacía que por ese lado ya no hiciera falta vigilar.
Para llegar al castillo hay un camino, al cual puedes acceder con el coche, pero antes nos se podía acceder fácilmente, cosa que lo hacía más seguro. Se tenía que subir por un caminito de la montaña, estrecho y rocoso, después al llegar delante del castillo tenías que acceder a la muralla. De la muralla ya no se conserva ninguna parte. Se ve que en una de las batallas un rey que quería las tierras y las riquezas del noble la tiró al suelo entrando en el castillo y robando todo lo que tenía. Le perdonó la vida, a él y a su familia, pero se llevó a su hijo pequeño, para que se casara con su hija. El noble y su mujer no volvieron a verle más. Por esto el castillo está derruido, porque al no tener nada no pudo reconstruirlo. Y tanto él como su familia se fueron a vivir en una cabaña que tenían en el bosque, o eso dice la historia. El castillo se quedó tal y como lo dejó el señor Lambi y ahora forma parte del patrimonio catalán.
Por esto en lo alto de la torre del castillo hay una bandera catalana. Al pasar los años y existir la comunicaciones en la montaña hay pilares para la electricidad.
Este castillo se puede visitar y aunque está un poco degradado es bonito de ver. Puedes subir hasta la torre, ya que la escalera aun aguanta y la han reformado. Y desde ahí hay una vista magnífica.
MARTA OLIVA ALBERT