miércoles, 23 de febrero de 2011

La mejor noche de mi vida.

Todo está preparado para esta noche, ya tengo muchas ganas, mis compañeros, o más bien dicho, mis conocidos de clase se van a sorprender, no creen que sea capaz de cumplir mis promesas. Ellos no tienen ni idea, no me conocen, no me hablan, no me pegan, no me insultan, apenas me miran, podríamos decir que el único verbo que me producen es “ignorar”. Cada uno de ellos cree que es especial, que tiene algo diferente de los demás, pobres ilusos. Aunque no toda la culpa es suya claro, vivimos creyéndonos que somos únicos, que el mundo gira alrededor nuestro, suerte que yo lo pararé a tiempo. Esta noche cuando mis padres no estén en casa lo haré. Para los intelectuales que se crean que me voy a suicidar están muy equivocados, bien, no tendréis tiempo a preguntároslo, es verdad, lo podréis observar con vuestros propios ojos.
Yo creía que en la escuela no aprendíamos nada, y estaba en lo cierto, pero lo que no sabía era que la escuela tenía tanto poder dentro de mi país, bien empecemos a llamarlo todo por el nombre, estoy en la universidad militar de Biuscoskin y mi país es Estados Unidos.
Es tan fácil engañar a todo el mundo, solo tienes que decir: “Ups! Me equivoqué de aula” Cuando era evidente que estaba en la sala de mandos, donde se envía toda la información a todo el planeta, pero ellos se creen los más listos, los más… no me voy a repetir, si ya lo sabemos. Volviendo al tema, ya no se puede hacer nada, mi plan está en marcha, esta noche va a ser la salvación, no para mi, si no para el planeta. Me siento feliz de poder hacerlo.


Se está aproximando, llega en tres, dos, uno.

Redacción Tema Libre!

Unidos por la eternidad

Cada día que lo pienso me estremezco más, era una de las cosas que entraban como "no lógicas", imposibles, pero eran ciertas.
Alba y Marco eran dos hermanos, no tenían nada en común, uno era estudioso, bien educado y más bien frío, la otra era risueña, extrovertida, muy abierta, pero dentro de sus diferencias tenían una grandiosa similitud : eran gemelos.
Esto no tiene nada de paranormal, lo sé, pero todo cambió, y mucho.

Marco y Alba iban a trabajar a los campos de su padre, a su pueblo natal: Montllum, un pueblo a las afueras de la gran ciudad. Era un pueblo tranquilo, donde toda la gente dormía con la puerta abierta. No tenían mucho dinero, más bien iban bien justos, pero nunca faltaba un plato en la mesa. Marco era el heredero de las tierras, (más de cinco hectáreas) y Alba sería la nueva "Madre Alba" en cuanto alcanzara la edad para entrar en el convento. La familia siempre había ahorrado para conseguir las riquezas necesarias para la inscripción, pero a Alba nunca le había gustado esta idea, quería viajar por todo el mundo, conocer gente, fundar una familia, aunque tenía bastante claro que no era su papel en aquellos tiempos. Marco pero, quería todo lo contrario, aprender y aprender, estudiar y estudiar, su gran sueño era ser médico, pero, al igual que Alba, sabía que no le correspondía. El tiempo fue pasando y Alba y Marco se tuvieron que separar, recorrerían caminos diferentes a partir de entonces.

Alba ingresó en el convento donde todo su destino era conseguir la paz con Dios y rezar por la salud de todos.

Marco continuó en las tierras de su padre, se casó con una bella dama y tuvo tres hijos, ninguno gemelo, ellos fueron los únicos gemelos de toda la familia.

Alba continuaba en el convento, pensando que su vida estaba vacía, sin sentido y poco a poco se iba debilitando.

Marco tenía una vida buena, prosperaba poco a poco, pero se sentía cansado, no gozaba de su vida, no a las tierras. Pero un día Marco soñó con Alba, esta caía enferma y moría al poco tiempo.

Alba se sentía cada vez peor, ya no tenía lágrimas, pero un inesperado día soñó con su hermano, este sufría un fuerte dolor en la barriga. Meses después Alba cayó enferma, padecía apendicitis.

Marco se iba haciendo mayor, y un día, empezó a notar dolor en la barriga, estaba realmente desesperado.

Alba gemía y gritaba que su vida había sido en vano, que no había hecho nada de provecho, no había hecho realidad sus sueños. Su dolor se iba intensificando.

Marco avisó al médico, su dolor empeoraba, pero no tenía ningún síntoma de ninguna enfermedad, no era ninguna enfermedad, no lo sentía en su interior.

Alba murió a los tres días de intenso dolor, al morir dijo: Adiós hermano.

Marco, después de tres días notó como si algo se desprendiera de él, algo muy importante, su dolor tuvo su punto más fuerte y poco a poco fue remitente. Marco sabía con claridad que su hermana estaba muerta, Alba estaba a kilómetros y kilómetros de distancia pero Marc lo sabía, ¿cómo?

No lo sabe nadie, nunca ha sido demostrado física y lógicamente, esperamos que llegue el día de que encuentren el porqué de las cosas, el porqué de esta gran tema: "los gemelos".

martes, 22 de febrero de 2011

BAJARSE AL MORO

Los grupos encontraréis la tarea y los recursos para preparar vuestra parte del trabajo en este enlace.

http://www.materialesdelengua.org/LITERATURA/PROPUESTAS_LECTURA/BAJARSEMORO/moro_procesodefinitivo.htm

Sobre el teatro
http://ntic.educacion.es/w3//eos/MaterialesEducativos/secundaria/optativas/dteatro/programas.htm#
http://recursos.cnice.mec.es/lengua/profesores/eso2/t3/teoria_5.htm

lunes, 21 de febrero de 2011

LA MEJOR NO CHE DE MI VIDA

Todo aquello era precioso. El sol iluminaba los pastos llenos de hierba fresca, acabada de brotar fruto de las lluvias primaverales. Las flores también asomaban la cabeza para ver aquella belleza tan ilimitada, flores de un montón de colores distintos. Nunca había podido imaginar que se podía apreciar todo aquello con dos simples bolitas como los ojos. Animalitos de todos los tamaños que había estudiado en clase de naturales con Asunción se paseaban por el prado y por los bosques sin ningún miedo, como si yo no estuviera allá observándolos. El cielo estaba medio cubierto por unas nubes finísimas que dibujaban distintas formas que ni tan sólo podían parar aquellos enérgicos rayos de sol. Un chico con el pelo rizado y oscuro, del mismo color que veía yo siempre con mis ojos, se acercaba por la ladera de la montaña cubierta de una finísima capa de nieve en la cima. Tenía una sonrisa preciosa y me miraba con los ojos brillantes, llenos de alegría y de esperanza. Cuando llegó a mi lado dijo mi nombre, y entonces, al oír su voz supe quién era. Marcos, el chico del que siempre había estado enamorada, aparecía allá en medio del nada dándome la mano y besándome en los labios con una pasión que yo nunca antes había experimentado. Tantas sensaciones a la vez eran demasiado para mí. Estaba completamente feliz, cómo flotando en una nube de deseos que se habían hecho realidad. Sí, todo era perfecto. No, no podía ni quería pedir más, pero aquel pitido que destrozaba mis orejas cada mañana volvió a sonar fuerte y agudo como siempre, como si fuera una día normal como todos los otros. Era eso lo que era. Un día normal como todos los otros

CLÀUDIA BOCHACA SABARICH

EL MEJOR DÍA DE MI VIDA

Al salir del hospital, después de ver a mi abuela luchando contra un cáncer que no tiene cura, ví pasar a una familia. El padre, un señor con bastante edad, la madre, el hijo y las hijas. El padre iba gritando y reprochando a su hijo, un hombre joven, que lo estaba sosteniendo con la mano. El chico estaba cabizbajo y parecía arrepentido. Al parecer el era la causa de una discusión familiar, que nos enteramos todos, puesto que su padre le gritaba:- Aunque seas un ladrón de poca monta, y no tienes razón, yo tengo la obligación de socorrerte, y por mas drogas que tomes y te aproveches de nosotros, la familia y yo tenemos que ayudarte, por qué eres nuestro hijo y, desgraciadamente, vas por mal camino.
Mientras escuchaba a ese padre hablarle a su hijo de esa manera, dispuesto a ayudarlo, a pesar de todo lo que les había hecho, pensaba. Pensaba en que solo aquellas personas que tienen hijos pueden entender que el deber de un padre no acaba jamás, que el amor de padre y madre nunca se cansan de entregarnos. Siempre tienen para darnos, a pesar de lo que pueda pasar.
Que ellos, los que pensamos que nos agobian y nos molestan, que son un incordio y que nunca nos dejan en paz, desean para nosotros lo que nunca han podido tener y que a pesar de los problemas ocasionados por nosotros, familia es una, es la que tenemos y la que tendremos siempre, y el cariño que ellos nos entregan nunca nos lo dará nadie más.
Mientras los veía marcharse con lagrimas en los ojos, dispuestos a enfrentarse a cualquier laberinto, pero eso sí, en familia, pensaba mucho en la mía. En ese momento los quería con todo mi corazón, y sentía que ese sentimiento me ahogaba. Ese chico y mi pobre abuela, que estaba sufriendo en una cama, pero luchando con uñas y dientes. Dos personas completamente distintas pero con sufrimientos semejantes. También pensaba en que hay que tener mucho control y amor para poder enfrentar a la desgracia. Y aunque hallan muchas discusiones dentro de tu casa no creas que tu cariño es una causa perdida, hay que tener la seguridad que ellos te quieren y que ese cariño perdura toda la vida. En ese momento recordé una frase que mi abuela siempre decía: - Dando la espalda no se van los problemas , ni la impaciencia resuelve el sufrimiento.
Ese día … ese día fue el mejor día de mi vida, por qué me di cuenta de que el amor lo puede todo, y que si estamos con las personas que queremos, aquello que nos hace mal desaparecerá. Aunque las personas amadas se marchen su recuerdo siempre estará con nosotros.




G. Yinaris G.

domingo, 20 de febrero de 2011

LA MEJOR NOCHE DE MI VIDA

Una noche de verano paseaba frente al mar de un pueblecito de cuesta. Eran las 9 y aún no se había puesto el sol. Paseaba junto a mi familia y mis mejores amigos por el paseo marítimo. Aquella iba a ser la última noche, el último día, el último paisaje de mi vida. Quería pasarlo con la gente a la que quería. Tenía cáncer, ya no me podía curar. La “quimio” no había hecho resultado, no me lo detectaron a tiempo. Pero no estaba enfadada, solo un poco triste, porque pensaba en las cosas que aún no había hecho y que ya no haría nunca más. Pero pensaba en todas las que había hecho y me sentía feliz por haberlas vivido y disfrutado. Mi vida había sido maravillosa. Tenía una familia que me quería, unos amigos fabulosos, ¿qué más podía soñar?

Paseando por la playa, con la puesta de sol y el sonido del mar, nos acercamos a la orilla, nos quitamos la ropa y con nuestros bañadores, que ya llevábamos preparados, nos tiramos todos juntos al mar. El agua estaba un poco fría, pero con el calor que hacía se estaba mejor que nunca. Nunca hubiera dicho que bañarme en el mar un atardecer de julio me haría tan feliz. Me sumergí un montón de veces, quería saborear ese instante. No me lo quería perder, quería vivirlo al máximo aprovechar el poco tiempo que me quedaba.

Salimos del agua y continuamos paseando por la orilla. El agua nos tocaba los pies, todos estaban en silencio, y se veía en sus caras que no eran felices. Me giré y les dije:

- No estéis tristes por mí. Ésta es la mejor noche de mi vida. Aunque me vaya, siempre estaré en vuestras vidas y en vuestro corazón, des de ahí arriba os vigilaré y os ayudaré cuando lo necesitéis, como vosotros habéis hecho todos estos años conmigo.

De mis ojos cayeron unas cuantas lágrimas. Las últimas lágrimas, que iban dedicadas a la gente a la que amaba y a la que tanto echaría de menos.

Todos nos pusimos a llorar, pero no eran llantos de dolor sino más bien de despedida. Yo no tenía miedo de morir, solo tenía miedo de hacerles daño.

- Gracias a vosotros he conseguido sentirme feliz de haber vivido, y aunque me queden cosas por hacer, se que vosotros las haréis por mí y me siento bien por haber compartido mi vida con vosotros, y por eso, como estáis aquí conmigo, no tengo miedo.

Ya era tarde, eran las 12 o así, nos giramos hacia el mar. Un mar azul oscuro, tal vez el azul oscuro más precioso que había visto jamás. Y este color solo se aclaraba con los rayos de luna llena que se reflejaban en él. Todos miramos la luna, la más bonita que nunca habíamos contemplado. Tal vez era la más bonita porque brillaba en esa última y maravillosa noche de mi vida.

MARTA OLIVA ALBERT

LA MEJOR NOCHE DE MI VIDA

Esa noche fue sin duda la mejor de mi vida. Parece mentira que yo considere la mejor noche de mi vida terminar con el vestido más bonito del mundo, que me compré especialmente para esta ocasión y que me costó días y días convencer a mi madre para que me lo pagase, lleno de barro i medio roto, para tirar-lo derecho a la basura. Y por no hablar de la bronca que tuve al llegar casa por volver a mi casa tres horas más tarde de lo que mis padres me permitían. Y encima, mi madre, al ver que llegaba despeinada y con el vestido medio roto y lleno de barro me aumento el castigo dos semanas más.

Pero eso no me importaba en absoluto. Lo mejor de todo es que había pasado toda la noche con él. Habíamos hablado toda la noche, nos habíamos reído, habíamos tomado algo en un pub, nos habíamos escondido en un parque para escapar del camarero del bar de donde nos habíamos escapado haciendo un "simpa", eso explica el vestido manchado de barro, y nos habíamos besado. Me lo pasé genial a su lado y me atreví a hacer cosas que nunca antes me vi capaz de hacer.

Por eso el castigo que me impusieron mis padres al llegar a casa no pudo quitarme la sonrisa que tenía dibujada en mi cara. Esa noche había vivido la mejor noche de mi vida y ningún castigo lo podía cambiar.



Judith Colom

martes, 15 de febrero de 2011

martes, 8 de febrero de 2011

Cada noche en mi habitación...

Sombras, ruidos, miedos… Me llamo Carlos y esto es lo que siento cada noche al entrar en mi habitación…Es extraño, no querría dormir nunca. Antes me quedaba muchos días al sofá durmiendo para no tener que entrar en aquel mundo tenebroso, pero más de tres noches consecutivas, mi madre me descubrió y al contarle lo que me pasaba me llevó a un psicólogo. Decían que eran imaginaciones de mi subconsciente. Odio a los psicólogos. En teoría son tus ángeles de la guarda y resuelven tus problemas pero no entienden nada, nadie entiende nada. No sé quién está allí arriba pero oigo su presencia y no quiero ir a dormir. Mi madre me acompaña cada noche a dormir des de lo del psicólogo pero ella no oye nada, ni ella ni nadie. Solo yo. Empieza a llover, el agua viene acompañada de rayos, truenos…Noche de tormenta. Como siempre mi madre me prepara el vaso de leche (que la psicóloga dijo que me tranquilizaría) y me lleva hasta la habitación, como si fuera un niño de cuatro años al que le da miedo la oscuridad. Cierra la luz y a continuación la puerta. Empieza la odisea, todo empieza siempre en mi interior. Yo noto una presencia allí como si no estuviera solo, alguien más está conmigo en la habitación. Más tarde empiezan los movimientos, hay aire en la habitación. Me coge frío y necesitaría más mantas pero no me atrevo a levantarme. Oigo un ruido extraño, un pitido muy agudo no muy lejos de mi oreja, esto va seguido de un susurro. Solo entiendo palabras sueltas pero no puedo entender el significado de su mensaje. He leído libros y he consultado páginas web en internet sobre este tema: los espíritus y los espectros. Todos dicen que son almas que han muerto cuando no era su hora y que les ha quedado alguna cosa para manifestar en el mundo de los humanos. Si se te manifiestan a ti probablemente sea porque tienen algo que decirte, algún mensaje que darte pero ¿Quién es ese espíritu? Me duele la cabeza, no quiero oír más voces, podría dejarme en paz de una vez y que pudiera dormir por lo menos 5 horas esta noche. Pero no, las voces parecen subir de intensidad y se forman todo de imágenes extrañas en mi cabeza entonces es cuando decido que voy a hacer. Estoy harto de no saber afrontar la realidad. Pienso llegar hasta el fondo de esta cuestión, sabré quién quiere decirme algo y qué quiere decirme. Entonces me dejará en paz, como decía en los libros. Cuando el mensaje está dado el alma ya puede descansar en paz.

CLÀUDIA BOCHACA SABARICH

lunes, 7 de febrero de 2011

NUEVA EN EL INSTITUTO

-Un momento de atención por favor! Os quiero presentar vuestra nueva compañera, se llama Berta. Berta cuéntanos algo de ti para que te empecemos a conocer.
- Yo antes vivía en un pueblo junto a Barcelona, se llamaba Sant Cugat, mi padre se quedó sin trabajo por culpa de la crisis, y solo con el sueldo de mi madre no podíamos estar. Entonces mi padre encontró un trabajo en una pequeña empresa que hay aquí en el pueblo de al lado, como que era una buena salida vinimos aquí, tuvimos que dejar todos nuestros amigo, la familia y la casa para empezar de nuevo en este pueblo donde no conocemos a nadie. Espero poder encajar bien entre vosotros. - En ese momento estaba muerta de vergüenza, todos estaban pendientes de yo, lo que más me tranquilizó fue que parecía que todos me miraban con atención, parecía que les interesaba lo que decía.
-Gracias por contarnos todo esto, espero que encajes bien con todos ellos- me dijo el profesor, parecía buena persona-. Ahora siéntate junto a Paula e intenta ponerte al día sobre la materia. Paula ayúdale con todo lo que puedas.
Me fui a sentarme en el lugar donde me había dicho el profesor, Paula parecía buena chica. Vestía de manera parecida a la mía, tenía un cabello largo y castaño y los ojos eran marrones muy claros. En ese momento no lo sabía, pero al cabo de un tiempo Paula se convertiría en mi mejor amiga.
Todo empezó a las dos semanas de llegar en ese colegio, aún no tenía ningún amigo, muy me habían dicho algo, pero solo por compromiso. Me sentía sola y muy triste, por eso algún día me cerraba el baño para llorar, porque si lo hacía en casa de mis padres se sentirían culpables, porqué tampoco había sido fácil para ellos empezar de nuevo.
En ese momento sentí que golpeaban a la puerta, abrí y vi que delante de mí estaba Paula, mi compañera de mesa en la clase de biología. Me preguntó que me pasaba y estuvimos charlando un buen rato, era muy simpática y agradable. Me contó que ella también había pasado por eso de cambiar de instituto y que también lo había pasado muy mal, por eso ella me entendía tan bien. Desde ese día fuimos quedando muchos días para tomar algo, dar una vuelta por el pueblo, hacer los deberes juntas ... Ya no me sentía sola, aparte de ella también había hecho otras amigas, pero no como Paula. Un día me invitó a pasar el fin de semana en su casa de campo en las afueras de la ciudad, irían sus padres, su hermano mayor y ella. A mí ir a la montaña me gustaba mucho así que les pregunté a mis padres y me dijeron que si, les caía muy bien Paula.
Nos fuimos con el coche de sus padres a las 9 de la noche, cuando su madre acabó de trabajar, llegamos bastante tarde, cenamos y nos fuimos a dormir. La casa no era muy grande, solo tenía dos dormitorios, en un dormían sus padres y en el otro Carlos, Paula y yo. Durante esa noche estuve hablando mucho rato con Carlos, no lo conocía mucho pero era muy simpático. Estuvimos todo el fin de semana juntos, durante aquellos días descubrí que Carlos no era simplemente un amigo, me gustaba mucho, pero no se lo quería decir a Paula, no quería que se enfadara conmigo porque me gustara su hermano. Lo intenté ocultar durante algún tiempo, pero aunque no nos conociéramos hacía mucho tiempo Paula me conocía muy bien y sabía que le estaba ocultando algo, al final se lo confesé, ella me dijo que ya lo suponía, porque desde hacía días sólo le preguntaba por él, quería ir siempre en su casa y le miraba de otra manera. Ella me dijo que le gustaría mucho que yo saliera con su hermano, también dijo que él también le preguntaba bastante para mí, eso me hizo saltar de alegría, ¡él se interesaba por mi! Ella me ayudó con todo lo que pudo, y al final lo consiguió, ¡consiguió que Carlos y yo saliéramos juntos!
De eso ahora ya hace 1 año, Carlos sigue siendo mi novio y Paula sigue siendo mi mejor amiga! Ahora pienso que aunque al principio pareciera la peor cosa del mundo cambiarme de instituto, ahora veo que gracias eso malo e podido conocer a estas dos personas que son muy importantes para mí, ¡he visto que cada cosa mala tiene su lado bueno!

JUDITH COLOM.

TEMA LIBRE

UNA GRAN PÉRDIDA

En la calle se oyeron los caballos. Eran ellos otra vez. Tenía miedo, no entendía nada. Estaba todo en silencio, no se oía nada. Solo que cada vez estaban más cerca.

Mi padre siempre había sido un buen hombre, nunca le había hecho nada a nadie. Era carpintero, el carpintero del pueblo. Quería mucho a mi madre y a nosotros. Éramos 3 hermanos. Yo era el mediano. María era la mayor y Luna era la más pequeña, solo tenía 10 meses. Una tarde estábamos en casa jugando y se acercaron los caballeros del rey y se llevaron a papá. Se lo llevaron atado con cuerdas como un animal. Lo encerraron en una jaula y le torturaron.

Esa noche volvió a casa, no nos lo podíamos creer, le habían dejado. Pero de pronto, cuando estábamos cenando se oyeron los caballos. Solo al oír el ruido de los caballos a mi padre le cambió la cara. Corriendo nos dio un beso a cada uno, llorando, la última fue mi madre, que estaba también llorando. Él le dijo unas palabras al oído y luego se fue. En ese momento lo entendí, nada bueno iba a pasar, no le habían soltado, se había escapado. Mis hermanos mayores también lo entendieron. Mi padre se fue. Los caballeros estaban ya delante de nuestra puerta, la tiraron y empezaron a gritar y a desmontarlo todo. Mi madre corrió a protegernos, se puso delante nuestro, hubiera dado la vida por nosotros. Uno de los caballeros apartó a mi madre y tiró al suelo a mi hermana, cogiendo a Luna. Estaba llorando, los caballeros la cogieron con sus sucias manos, mi madre se abalanzó sobre ellos, y uno de ellos, con su espada le hizo un corte en el brazo. Oímos como se alejaban, se alejaban dejando atrás una familia rota. Mi madre no podía parar de llorar, no por el dolor de la herida, sino por el gran vacío que tenía en su interior. Se habían llevado a Luna, y, aunque no físicamente, también se llevaron a papá.

No sabíamos dónde estaban ni si los volveríamos a ver alguna vez.

MARTA OLIVA ALBERT