jueves, 22 de noviembre de 2007

sonaron todas las alarmas de la ciudad

Era un lunes por la mañana, cuando me levante lo primero que hice fue abrir las persianas, como todos los días. Mi gran asombro fue ver todo el cielo negro como un gran nubarrón, no le di importancia continué haciendo mis cosas. Estaba preparándolo todo para irme a trabajar, cuando de repente oí un gran ruido, salí rápidamente al balcón, había sido un rayo, había caído en el bosque de enfrente de mi casa, enseguida vi salir humo y más tarde una gran hoguera, todo fue muy rápido, se giro un viento huracanado, enseguida vi pasar a los bomberos y la policía. El fuego avanzaba rápidamente hacia la ciudad, primero pensé que el rio haría de corta fuegos pero lo peor no había llegado. De repente se puso a llover como si nunca hubiera llovido, en pocos segundos el fuego se había apagado, pero el rio empezó a crecer i crecer, fue en ese momento cuando sonaron todas las alarmas de la ciudad. Salí rápidamente de mi casa para poder ayudar a la gente que lo necesitara. El agua se había llevado el puente y empezaba a llegar a las primeras casas, los gritos de la gente eran escalofriantes, muchos de ellos no podían salir de sus casas por la gran corriente del agua, seguía lloviendo con viento huracanado. Todos los servicios de emergencias estaban intentando ayudar, yo como médico estaba con ellos, sacamos a mucha gente con vida, pero por desgracia una persona mayor se ahogo cuando intentaba salir de su casa. Las calles parecían ríos, los sótanos y primeras plantas estaban inundadas de agua y barro, lo más desesperante es que no dejaba de llover y seguía soplando el viento, todo se ponía muy negro. Mientras unos atendíamos a los malheridos, un grupo de hombres se dirigieron a la parte alta de la ciudad por donde entraba más agua. Los vecinos de los pueblos del alrededor vinieron con sus tractores y así ayudaron a hacer un dique para que no entrara tanta agua. Así pudimos sacar a la gente de las casas y llevarlos a una zona de la ciudad donde el agua del rio todavía no había llegado. Todos nos dirigimos hacia esa zona pero si no paraba de llover ni allí estábamos a salvo. Fueron unas horas de mucha tensión, por suerte empezó a disminuir la lluvia, de repente salió el sol y desaparecieron las nubes. Había durado unas tres horas, pero para arreglar todos los desperfectos estuvimos más de un año, lo peor fue la pobre ancianita que no pudo contarlo.

3 comentarios:

Teresa dijo...

Josep:
¿Sabes que hay una cosa que se llama puntuación?

Teresa dijo...

Josep Mª:
Mientras corregía tu texto he encontrado un programa que reproduce en sonido un texto. Me ha parecido que puede ser útil para que compruebes dónde debes corregir la puntuación. Al escucharlo, también he percibido que faltan conectores entre algunas frases.
Espero que no te molestes por haberte colgado de muestra al principio del blog. Otro día pondré a otro de tus compañeros.

...UrSu* dijo...

No me la he leído pero...

ya he visto una I....


jejej