miércoles, 13 de febrero de 2008

Relato de ciencia-ficción

Todo empezó un 14 de febrero del año 2020.
En las noticias tanto en la tele, la radio, los diarios nos informaban de que un meteorito se estaba acercando a la tierra. No había peligro de que chocara en alguna ciudad, todo estaba previsto para que pasara en algún desierto.
La información que nos daban no parecía cierta, fue entonces cuando decidimos con mi primo empezar a construir una nave para poder ir a inspeccionarlo, el 1 de marzo despegamos de nuestro jardín.
La nave estaba preparada con un material para que se hiciera invisible una vez despegara. Dentro había todo tipo de armamento para poder destruir el meteorito, hacer que los trozos que quedasen no hicieran daño a la tierra.
Llevábamos miles y miles de kilómetros sin ver nada, de repente vimos que no era un meteorito, sino muchas naves espaciales que iban rumbo a la tierra.
No nos podían ver, eso nos permitió acercarnos a la mas grande y poder averiguar cuales eran sus intenciones. Nuestra sorpresa fue ver dentro de la nave un ejército de gatos. No eran gatos normales sino gatos gigantes, con cuatro ojos, dos delante y dos detrás, dos antenas y ocho patas. En su pantalla tenían un mapa del mundo con un círculo en España.
Nos pusimos en contacto con el general de nuestro país, para darle toda la información sobre lo que habíamos visto. Sus órdenes fueron que nos retirásemos que podían ser muy peligrosos, que enviarían un ejército. Pero no había tiempo, teníamos que actuar de prisa, nuestro país estaba en peligro y podía ser destruido.
Teníamos a nuestro favor que podíamos saber sus intenciones y verlos, en cambio ellos no.
Con nuestros rayos empezamos a eliminarlos, pero pronto se dieron cuenta de que algunas de sus naves habían desaparecido. En pocos segundos nos vimos rodeados. No entendíamos como nos habían descubierto. Pero finalmente sólo daban vueltas porque habían detectado el humo del último rayo.
Fuimos a la parte inferior de la nave, nos pusimos los trajes para poder salir al espacio sin ser vistos. Mientras ellos intentaban averiguar lo que estaba pasando, nosotros entramos en su nave principal. Tenían unos ordenadores muy sofisticados, pero no fue muy difícil anular toda su misión y descubrir de donde venían. Una vez terminamos, volvimos a la nave.
Salimos de su círculo y con el turboláser, era la única arma que no dejaba humo ni rastro, los eliminamos.
Con los datos que recogimos en su nave nos dirigimos a su planeta. Tenia forma de gato, con nuestras armas aniquilamos el planeta.
Después de cuatro meses regresamos a casa, habíamos salvado nuestro planeta.

1 comentario:

Teresa dijo...

Josep Mª
La redacción está muy bien. Quizá al final, porque ya tuvieras ganas de acabar, te relajas un poco y toda la acción se precipita pero, aún así, bien.