lunes, 4 de mayo de 2009

soneto :S

Al pasar por aquellos bellos valles
Y sentir el corriente del río Rin,
Me acordé de las olas de los mares
Que me acompañaron desde chiquitín.

Sentía esa libertad tan cerca
Y tenía tantas ganas de huir,
que no se me ocurrió cosa mas vana
que cerrar los ojos e intentar morir.

El aire frío del acantilado
recorrió todo mi cuerpo latente.
¡Ay que corazón tan enamorado!

Y cuando por allí pasó un mercante
recordé mi viejo barco preciado
y el honrado pirata andante.

1 comentario:

Teresa dijo...

¡Un buen resultado para un gran esfuerzo! ¡Felicidades!