lunes, 20 de octubre de 2008

Diario de un viaje

Por aquel entonces estábamos cursando cuarto de eso, y cómo en la mayoría de institutos españoles ya hacía meses que preparábamos nuestro viaje de final de curso con mucho entusiasmo, y llegó el gran día, era 13 de Abril de 2008 y nos disponíamos a viajar a la gran ciudad de Roma.
A las dos de la madrugada cogimos el bus que nos llevó hasta Gerona, donde nos subiríamos a un avión para volar hasta Italia. Al despegar el avión a todos nos dolían un montón las orejas, pero es que al aterrizar fue muchísimo peor. Pero bueno, ya estábamos allí y el dolor de oído se paso por alto.
Las dos primeras noches las pasamos en Roma, en un hotel un poco extraño ya que era un bloque de pisos i cada planta era de un hotel diferente, cosa que me costó bastante de entender. En fin, nos repartieron las llaves de las respectivas habitaciones, y la de Mar, Carla, Laia y yo era la 104, y en la de al lado estaban Cristina y las otras.
Esa misma noche bajamos al bar de enfrente, el camarero del cual era un viejo verde un poquito sobón, pero nos lo pasamos bien.
A la mañana siguiente fuimos a visitar monumentos y algún que otro edificio romano como el anfiteatro, Piazza na Bonna, … Y por la noche fuimos a un pub muy pequeñito de ritmos caribeños que estaba bastante bien.
Los dos siguientes días los pasamos en Florencia, que personalmente fue la ciudad Italiana que mas me gusto, ya que Venecia es bonita pero su persistente olor a húmedo y a cloaca no resultaba del todo agradable.
Dormimos en un hotel un tanto cutre; mi cama tenía unas enormes manchas de sangre que era mejor no preguntarme de donde habrían salido, la tele era de cuando mi abuela aún usaba pañales, pero el lavabo estaba relativamente bien. Pero el hotel era lo de menos ya que habíamos ido a Italia a visitar sitios y sobre todo a pasárnoslo en grande todos juntos.
La noche que llegamos fuimos a un bar llamado Astor, y resultó muy curioso ya que el bar mas frecuentado de nuestro pueblo se llama Astoret, pero la mayoría de la gente le llama Asto, y fue como salir del Asto para irnos al Astor.
A la mañana siguiente visitamos el David y alguna que otra cosilla más y por la noche lo mismo que la anterior.
Cómo no podía faltar, visitamos Venecia los dos últimos días del viaje. Nos alojábamos en un hotel que debajo tenía una… haber cómo llamarlo finamente… una casa de mujeres de compañía. Esa noche yo no salí porque me quedé castigada con Sergi i Carla en el hotel con Gloria, pero la siguiente noche sí que salimos.
Por la mañana visitamos Venecia y compramos una par de cositas i nos volvimos para el hotel, dormimos y al día siguiente de nuevo a casita.

Laia Figuerola Torra

1 comentario:

Teresa dijo...

Bien Laia:
Esta segunda redacción está algo mejor que la primera aunque sólo sea porque tiene menos faltas de ortografía.De todas formas, aún tiene muchas que podrías evitar si repasaras lo escrito antes de publicarlo.
Solemos referirnos a los museos cuando hablamos de visitarlos y los monumentos y esculturas (como el David de Miguel Angel) más bien van a verse.