lunes, 1 de junio de 2009

mi ESO

-Te persiguen por los pasillos y, una vez te han cogido, te levantan entre tres y te meten de cabeza dentro del lavabo y uno de ellos tira de la cadena.-

¡Que mal me lo hizo pasar mi hermana! Dice que esto es lo que le dicen a todo el mundo el día antes de su primera vez en el colegio de los mayores…la verdad es que es muy mala, pero me ha ayudado mucho.

Ahora ya estoy terminando la ESO y la verdad es que estoy muy contenta con mi trabajo.

Los primeros días estaba un poco descentrada. Supongo que todos queríamos seguir el comportamiento de alguno de los repetidores que nos tocaron, ya que era la primera vez que compartíamos clase con alguien así.
Primero de la ESO no resultó nada complicado. Habíamos tenido un profesor de sexto de primaria que nos había enseñado mucho y ahora veíamos el resultado de nuestros esfuerzos. Era verdad que primero era más o menos igual que sexto, de hecho no noté ningún cambio salvo en los profesores. Recuerdo que los primeros días se los echaba de menos, allí nadie nos conocía y encima éramos los más pequeños de todos, pero al cabo de unas clases empezamos a cogerles la suficiente confianza como para reírnos con ellos, y a veces incluso de ellos.
Era en los dos primeros años de la ESO en los que nos hacía ilusión que nos expulsaran e ir a la sala de guardias. Aquello era el sueño de cualquiera que quisiera ser un poco popular. Se puso de moda el “yo voy a buscar al profesor de guardia” o el “yo voy a por tiza”. ¡Todo aquello era tan diferente a lo que habíamos dejado! Poco a poco empezamos a aprender algunos trucos para hacer volver loco al profesor y comenzamos a ampliar conocimientos sobre cómo era cada uno.
Segundo no supuso ningún cambio respecto a primero, pero algunos de los compañeros ya se empezaban a quedar por atrás. Primero da pena, pero luego te acostumbras y los vuelves a ver a la hora del patio, que ya que estamos voy a dejar claro que me gustaba mucho más el patio que teníamos antes.
En tercero las cosas cambiaron. Cada vez más y más deberes, los exámenes se nos acumulaban todos en una semana y el horario de salir por las tardes a veces se veía afectado, y eso dolía. Pero era nuestra obligación. Algunos no se vieron influenciados pero este no fue mi caso. En tercero fue donde aprendí a estudiar unos días antes del examen y a hacer los deberes el mismo día que los mandaban. Una vez te acostumbrabas no suponía un esfuerzo tan grande, pero mi pobre “play station” no tenía con quien jugar.
Poco a poco fui pillando el método en que cada profesor hacía sus exámenes y eso facilitaba mucho las cosas. Mis padres se sentían tan orgullosos de mí como yo misma. Las notas fueron de maravilla y mi comportamiento mejoró bastante (siempre se quejaban de que no callaba en clase y de que me distraía mucho con Sonia).

Ahora estoy terminando ya cuarto y me quedo asombrada de cómo pasa de rápido el tiempo. Hace cuatro días operábamos con fracciones y ahora ya hacemos trigonometría.
Hace cuatro días no sabía quién fue Hitler y ahora sabemos toda su vida. Hace cuatro días hablábamos de la fotosíntesis y ahora de la mitosis y la meiosis…

La verdad es que son cuatro años de nuestras vidas, pero creo que han valido la pena. No considero que haya desaprovechado el tiempo y he aprendido mucho durante estos cuatro años. Claro que me ha costado, y también he tenido momentos en los que me hubiera gustado pasar de todo, pero la satisfacción que sientes una vez has terminado el trabajo y recibes una buena nota a cambio recompensa las tardes sacrificadas sin salir después de la escuela y los fines de semana encerrada en casa.

Por supuesto que no voy a atribuirme todos los éxitos de mi paso por la ESO únicamente a mí ya que esto sería de lo más egoísta.

Gracias mamá por estar siempre allí.

1 comentario:

Teresa dijo...

Tienes razón Lidia, ¡qué buenas son las madres! pero, tampoco tienes que restarte méritos, creo que te has mantenido en muy buen nivel a pesar de lo fácil que es dejarse llevar por la relajación (y estoy segura de que dentro de un tiempo verás la recompensa) y que has mejorado en aquello que podías mejorar (hablas menos con Sonia). Espero que la nueva etapa no te decepcione porque la iniciarás con muy buena base. ¡Enhorabuena!