miércoles, 19 de noviembre de 2008

Paris, la ciudad del amor, la ciudad de la moda, la ciudad de las luces...
Esto pasó en Paris hace un par de años cuando yo todavía estudiaba cocina ahí.
Era época de lluvias allí y un día cuando me levanté a las diez para poder asearme a tiempo antes de ir al restaurante La Torre Eiffel, Paris no era como todos los demás días, la ciudad estaba demasiado tranquila comparado con los otros días. En el primer instante pensé que serian imaginaciones mías porque estaba nerviosa para ver si los canapés me saldrían bien. Como ya nos dijo Ms. Chifflet ese día tendríamos que trabajar como nunca lo habíamos hecho ya que teníamos que alimentar un banquete de mas de dos cientas personas.
Crucé la calle principal, ya podía ver el restaurante tan sofisticado y tan elegante cuando de repente oí y a la misma vez noté un golpe fuerte, seguido de una alarma de un coche que empezó a sonar, ese ruido retumbaba en mi cabeza una y otra vez, una y otra vez, parecía que estaban sonando todas las alamas de la ciudad en este mismo instante.
Miré a mí alrededor y vi que toda la gente que caminaba para llegar al trabajo a tiempo empezaba a correr hacia el coche, yo también quería correr pero había algo que me impedía correr.
Unos minutos más tarde empezaron a llegar ambulancias, bomberos, policías, guardas municipales...
Todos ellos con la sirena y con las luces a toda prisa.
Mi cabeza ya no aguantaba más era como una pesadilla, todo el ruido parecía ser más raro que lo normal, noté como si no notara mi cuerpo, ¿Qué me estaba pasando? De repente vi que un hombre de unos treinta-y-cinco años me decía si estaba bien, venía con una mascarilla y me la puso. No entendía nada. Noté que mis ojos se iban cerrando poco a poco.
Al cabo de unos día me desperté en un hospital con un dolor de cabeza insoportable, dónde allí me comunicaron que había sido atropellada por un coche conducido por un hombre que iba borracho. Me explicaron que me di un fuerte golpe en la cabeza. Yo estaba nerviosa quería levantarme y marchar de aquel horror, pero vino otra cosa mucho más peor, ¡no sentía las piernas!
Me quedé inválida.
Ahora paseo por las calles de Madrid en una silla de ruedas, todo el día.
Y por las noches cuando estoy estirada en mi cama, oigo la alama del coche, aquel ruido insoportable que en su día, parecía ser que sonaban todas las alarmas de la ciudad, aquella ciudad que como dicen, la ciudad del amor y la ciudad de las luces, pero para mí, la ciudad del horror.
Mariona Campoy :)

3 comentarios:

mariona dijo...

¡Se me a comido un VI QUE* que va después de "ir al restaurante La Torre Eiffel," VI QUE Paris no era como todos los días!

lydiiaa dijo...

que bonita tia!
me encantan en serio!
y me gusta mucho siempre
el final en tus redacciones!
muy buena introducción!

tequieroo niña!

Teresa dijo...

Mariona: Me gusta mucho cómo consigues mantener la incertidumbre de lo que ha pasado a partir de explicar lo ocurrido desde el punto de vista de la accidentada. Consigues expresar muy bien la desorientación de quien no sabe qué ha ocurrido instantes antes ni que ella es el centro de lo que sucede.