lunes, 28 de marzo de 2011

DESCRIPCIÓN DE LA VIDA DE UN PERSONAJE

No me consideraba una persona con suerte, pero tampoco podía quejarme. Mi vida tenía todo aquello que necesita una vida para ser mínimamente decente, pero solo era eso, decente. En mi casa siempre me habían educado con el fin de ser una persona conformista delante las injusticias de la vida. Amable, una sonrisa y un decir que sí con la cabeza siempre son un buen recurso para demostrar que eres educado. Desde pequeña me pasaba las tardes haciendo costura con mi abuela, así que me considero una persona amable porque soportar las quejas de la abuela Conchita cada atardecer no era muy divertido. Pero a caso alguien me había preguntado si me gustaba hacerlo? No, lo hacía simplemente porque sabía que era mi obligación. Mi carácter débil i domable hacía de mí lo que quisiera la persona que me tuviera delante. Supongo que las cosas han cambiado. Uno cuando se va de casa se tiene que espabilar con lo que tiene y se vuelve más abierto, responsable… Hasta que llegó aquel hombre alto y valiente que me robó el corazón en las fiestas del pueblo. Mateo sería pocos años después mi marido, el hombre que volvió a quitarme aquella seguridad y aquella libertad. Me volvía a convertir en una mujer sumisa como las demás, con una vida con todo aquello que uno necesita para vivir pero sin la vitalidad y las ganas de una joven libre, con un futuro para escribir. Los años pasaban y yo me mantenía en mi monotonía de siempre, sin quejarme pero sin sonreír apenas que viniera mi nieta, Blanca. Aquella niñita me volvía la alegría, los recuerdos de una juventud sin preocupaciones. Mateo me dejó, había llegado su hora. Vestí de negro el tiempo que tocaba pero no estuve triste por su pérdida. Sólo había querido a Mateo la noche de mi baile de princesa, todo lo otro había sido callar y soportar, ir haciendo día tras día. Supongo que entonces ya podía volver a dibujar mi propio futuro, pero ya no me veía con fuerzas. El río de Mateo había llegado a su fin, pero mis aguas ya no bajaban con las ganas que lo habían hecho tiempo atrás, así que dejé que el tiempo hiciera su trabajo y me fui al cielo despidiendo aquella vida que no sabría describir de muchas maneras ya que solo fue eso, mi vida.


CLÀUDIA BOCHACA SABARICH

1 comentario:

Teresa dijo...

Esta redacción está muy bien. Pienso que es lo mejor que te he leído, no tanto por la originalidad de la historia como por lo bien redactada, con oraciones muy bien construidas y (en algún caso) líricas; e incluso metáforas muy originales y naturales que podrían estar en la mente de la mujer humilde que describes.
Enhorabuena,y ahora, ¡a por el premio de Sant Jordi!